viernes, 22 de junio de 2007

La peor noche en la vida de Blanca.











A la izquierda podremos conocer a Almendra. A nuestra derecha, lejos, vemos a Blanca comiendo basura del suelo, durante un día de hambre.
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Blanca Comenzó su trabajo de Parto la tarde del 19 de Junio de 2007. Gota, una vecina que cuida a los animales de la calle, ya nos había comentado que, tal vez, no sería capaz de parir con el problema de la pata, así que decidimos esperar.
Durante la tarde del 19 de Junio del 2007, negras nubes cubrieron el cielo talquino. Entrada la noche, una tormenta se veía feroz desde los vidrios de nuestras ventanas. Sin embargo Blanca (con trabajo de Parto) tendría un contacto más directo con esta lluvia. La encerraron en la casa, no le dieron comida, y tampoco nos abrían la puerta. Blanca no quería pararse de una casucha de cartón mojada que le habían hecho. Seguramente no tenía ganas. Ante la imposibilidad de sacarla de ahí, nos retiramos esperando a la mañana siguiente encontrarnos con sus cachorros. Cuando, a eso de las 10 de la mañana, pasé por donde la tenían encerrada, me dí cuenta que tenía muy mala cara. No había rastros de ningun cachorro, ya habían pasado 12 horas, no quería comer lo que le ofrecí por entre la reja. Nadie abría la puerta. No podíamos sacarla de ahí..... Corrí a buscar a Gota para preguntarle que podíamos hacer, y ella al verla me confirmó que Blanca quería parir y no podía.
Entre nuestros quehaceres diarios, nos organizamos para ver la evolución de Blanca y mirar si alguien nos abría la reja para sacarla. Pero nada.
No fue sino hasta las 16:30 horas que pudimos lograr que nos abriera la puerta la hija de la dueña, que venía llegando del colegio. Dentro de la casa, el nuevo conviviente de la dueña, que simplemente no le interesó abrir. No quería caminar, así que tuvimos que trasladarla a mi casa entre 3 personas. Una vez en mi jardín, que es más seguro, la vigilé de cerca esperando una evolución, mientras que Gota trataba de ubicar un veterinario que nos cobrara menos de $80.000 (que es el costo de todas las cotizaciones que hicimos en Talca) por hacerle una cesárea, y si no podían salvar perritos, que al menos se salvara Blanca.
Así resultó un veterinario que nos cobró $35.000. Pero no teníamos esa suma... Como era de esperar, la dueña brilló por su ausencia, así que mientras yo estabilizaba a Blanca en el jardín, Gota y Paula iban casa por casa a hacer una colecta para juntar lo que necesitábamos: $20.000 de pie para operarla, los otros $15.000 en un mes. A las 20:00 hrs. los conseguimos, y volamos con la perra al veterinario.
Tuvimos que esperar dos horas para regresar con ella. Durante ese tiempo pensábamos en la cantidad de dolor que sintió. Imaginen lo que será tratar de parir sin lograrlo, con contracciones, y las patas metidas en el barro, bajo una lluvia fría, con tres cachorros de otro perro que te siguen y te huelen la sangre que te cae.... sin un lugar seco que proteger a tus cachorros....
Cuando Blanca aún estaba en el jardín de mi casa, me miraba pidiendome ayuda. Que impotencia no poder ayudarla en seguida. Ella se veía tan cansada, con los ojos rojos de tanto esfuerzo....










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